El 15 de noviembre del 2020 se firmó la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés), que agrupa a 15 estados miembros del continente asiático y Oceanía, y es llamado a ser el tratado de libre comercio más grande e importante del mundo.

Regional Comprehensive Economic Partnership – RCEP

Este nuevo mecanismo está conformado por los 10 países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), además de China, Corea del Sur, Japón, Australia y Nueva Zelanda, que en su conjunto suman casi un tercio de la población mundial y cerca del 30% del PBI mundial. Este acontecimiento motiva a la región Asia Pacífico a ganar mayor protagonismo en la economía y el comercio global, fortaleciendo también exponencialmente a sus países miembros de manera individual, dejando atrás disputas políticas y territoriales entre China y algunos de estos, como Japón, Australia, Filipinas, entre otros.

El RCEP incluso apunta a superar en posicionamiento económico – comercial al T-MEC (Estados Unidos, Canadá y México) y a la Unión Europea, una situación que el gigante norteamericano no ve con buenos ojos. A pesar que el RCEP fue una iniciativa de los países de la ASEAN, se sabe que el gran impulsor del tratado es China, y esto a manera de una estrategia por detener la presencia que pretendía ganar Estados Unidos con la firma del TPP.

Luego de que Donald Trump retirara a Estados Unidos del TPP en el año 2017, China aceleró las negociaciones para completar el RCEP, logrando su suscripción finalmente a fines del año pasado. Así, China parece convertirse en el mayor beneficiado de este tratado, siendo líder en la importación y principal destino de las exportaciones para la mayoría de los países miembros del RCEP, expandiendo su influencia en la región Asia Pacífico, escenario que, en su momento, Barack Obama quería evitar.

Con el nuevo gobierno de Biden, la situación no aparenta un cambio drástico, principalmente debido a que dentro de las prioridades de su mandato no se encuentra atender sus relaciones externas, sino más bien sus retos se encuentran a nivel interno. Sin embargo, si Estados Unidos reconsidera su posición frente al TPP (ahora CPTPP), podría dar la batalla a China por el liderazgo de la región Asia Pacífico.

En relación a América Latina, el comercio con el continente asiático ha crecido considerablemente en los últimos años, y su participación en este tipo de tratados favorece en su inserción en el mercado de la región Asia Pacífico. Tal como ha sucedido con la firma del CPTPP que incluye a México, Chile y Perú.

Iniciativas convergentes y concretas en comercio e inversión entre los países de América Latina impulsarán su aspiración de integrarse a la economía del Asia Pacífico. Así, la entrada en vigor del CPTPP será fundamental para fortalecer las relaciones con esta región. Por otra parte, mecanismos de integración como la Alianza del Pacífico significan un puente estratégico para ingresar a este mercado, aprovechando la relación que se ha venido construyendo con la ASEAN y el incremento del comercio con China.

En esa línea, la participación peruana para encaminar la propuesta de política exterior de la Alianza del Pacífico hacia la región Asia Pacífico, será fundamental para convertirnos en un hub regional que conecte Asia con Sudamérica.

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